domingo, 10 de abril de 2011

LA SANTÍSIMA TRINIDAD VIRGEN MARÍA




LA SANTÍSIMA TRINIDAD VIRGEN MARÍA

Al abordar históricamente el tema de la Virgen d María, se encuentra uno con un fenómeno sorprendente; apenas si se conocer detalles de su vida.  Su biografía auténtica, es decir, la que resulta de los datos suministrados por los Evangelios y por los Hechos de los apóstoles, cabe en una cuartilla de papel.
San Lucas, que es el que mas habla de ella, apenas si le dedica incidentalmente cuatro docenas de versículos; y San marcos alude a ella de pasada dos o tres veces.  Se desconocen su nacimiento y su muerte, y no queda de ella ningún retrato rigurosamente auténtico.  (El famoso retablo de Czestochowa, atribuido a San Lucas, es dudoso.) Sin embargo, he aquí el milagro de la Gracia: de ninguna otra mujer se ha escrito mas sobre la tierra ni ninguna otra figura femenina ha sido más representada por los artistas.  A pesar del velo que cubre casi toda su existencia, la Virgen María es la figura más conocida de la Historia.  ¿Por qué? Por este título único e inefable: porque fue la Madre de Jesucristo, el Hijo de Dios vivo.
La escasez de noticias acerca de la vida de la Virgen María se ha querido suplir en parte, con más piedad que resultado, echando mano de tradiciones populares y revelaciones individuales, con las contenidas en “La Mística Ciudad de Dios” de Sor María de Jesús de Agreda.  Pero la Iglesia Católica no ha creído oportuno pronunciarse dogmáticamente sobre ellas.
Ateniéndonos a los datos proporcionados por el Nuevo Testamento, María fue una virtuosa y humilde doncella de Palestina, que desposo a un pobre artesano, llamado José, descendiente de David y establecido en Nazaret, provincia de Galilea.  Según nos cuenta San Lucas, a lo largo del capítulo primero de su Evangelio, un buen día ,se apareció a María en su casita, el Angel Gabriel, enviado expresamente por Dios, y la saludó con estas palabras: “Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo y bendita tu eres entre todas las mujeres.” María se turbó naturalmente ante semejante aparición y salutación, y el Angel agregó: “no temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios.  Y he aquí que concebirás en tu seno y darás a luz a un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará por siempre en la casa de Jacob; y su reino no tendrá fin.  Entonces María replicó al Angel: ¿Pero como será esto, si no conozco varón..? Y el Angel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo cual el Santo que de ti nacerá será llamado Hijo de dios.  Y  he aquí que Isabel, tu parienta, también ha concebido un hijo en su vejez, y este es el sexto mes de ella, que es llamada la estéril; porque ninguna cosa es imposible para Dios.  Entonces María exclamó: He aquí la esclava del Señor. Hágase en mi según tu palabra.”
Pocos días después, María fue a visitar a Hebrón a su prima Isabel, casada con el sacerdote Zacarías, la cual la recibió con esta exclamación: “Bendita tu eres entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre”; y agregando: “¿Y de dónde a mi tanta dicha que la Madre de mi Señor venga a visitarme..?”
María, en su humildad, atribuyó todo a la bondad de Dios y prorrumpió a continuación en el canto de gratitud y de júbilo, llamado “Magnificat”, porque en la versión latina, comienza así: “Magnificat anima mea Dominum: Mi alma engrandece al Señor.”
De vuelta a Nazaret, José, observando que su esposa estaba en cinta e ignorando la causa, pensó abandonarla en secreto, pero un ángel se la reveló en sueños y desistió de su propósito. Meses después, un edicto del emperador Octavio Cesar Augusto ordenó empadronarse a todo el mundo en sus lugares de origen y con tal objeto, María y José se trasladaron a la aldea de Belén, en la provincia de Judea.  El matrimonio no pudo hallar acomodo en ningún mesón, a causa de la afluencia de forasteros, y María, a punto de dará a luz, hubo de hacerlo en un establo, acostando al recién nacido en un pesebre.  Así nació nuestro Señor Jesucristo.  Más allí mismo vinieron a reconocerlo y a adorarlo los pastores de las majadas circunvecinas, avisados por un ángel, y unos Magos de Oriente, guiados por una estrella.  Como estos últimos se presentarán en Jerusalem, preguntando por el Rey de los judíos, que acababa de nacer, Herodes, que a ala sazón reinaba en Judea, se inquietó por al noticia y a continuación mandó asesinar a todos los niños menores de dos años, en Belén y en sus alrededores.  Pero se le escapó Jesús, pues un ángel previno a tiempo en sueños a José, el cual huyó con María y el Niño a Egipto, de donde no volvieron hasta la muerte de Herodes.
Antes de su huida, Jesús fue circuncidado al octavo día de nacido y María, purificada a los 33 días, conforme a las prescripciones del Levítico (c. XII). Esta última ceremonia verificose en el templo de Jerusalem, en cuya ocasión el santo anciano Simeón profetizó a María que una espada de dolor traspasaría su corazón.
A su regreso de Egipto, la Sagrada Familia volvió a instalarse en Nazaret, llevando una vida obscura de trabajo y de virtud. Cada año se trasladaban los tres a Jerusalem a celebrar la fiesta de la Pascua, y en una de estas ocasiones, cuando Jesús tenía doce años, se les extravió a sus padres durante tres días, al cabo de los cuales lo encontraron en el templo, departiendo con los Doctores de la Ley. María le amonestó tiernamente: “Hijo mío, por qué te has portado así con nosotros..? Mira como tu padre y yo te hemos andado buscando, llenos de dolor”. (San Lucas, II, 48).
A partir de este momento, las noticias que nos dan los libros Santos acerca de María son escasísimas.  San Juan nos refiere (c. II, v. I-II) que, al principiar Jesús su vida pública, fue con María a unas bodas de Caná, en la provincia de Galilea, y que a petición de ella, realizó el primer milagro conocido: la conversión del agua en vino. Acompañó también María a Jesús en su predicación..? No es seguro que lo hiciera siempre, pero si, por lo menos, en algunas ocasiones, puesto que, según nos cuenta San Lucas (C. VIII, v. 20), al terminar de pronunciar Jesús la parábola del Sembrador, uno de la multitud le previno: “Tu madre y tus hermanos te están esperando afuera y quieren verte.
También lo acompañó en el trance supremo del Calvario, según el testimonio irrecusable de San Juan, en el c. XXX, v. 25-27: “Y estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.  Y como vio Jesús a su madre y al discípulo que el amaba, el cual estaba presente, dijo a su Madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo.  Y después dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre.  Y desde aquella hora, el discípulo la recogió consigo."
Sin duda María debió vivir con San Juan hasta el fin de su vida, pero no hay ningún otro testimonio explícito.
La última noticia que tenemos sobre ella, es la suministrada por los Hechos de los Apóstoles (C. I, v. 14) donde se dice: “Todos estos (los Apóstoles) perseveraban unánimes en la oración y en la plegaria con las mujeres y con María, la madre de Jesús y con sus hermanos.”
¿Cómo, cuándo y dónde murió la Madre de Jesús..? No se sabe. Los libros Santos no dicen una palabra.
La glorificación de la Virgen María empezó con el triunfo de la Iglesia y sus salida de las catacumbas, pues ya el año 431, el Concilio de Efeso definió como dogma de fe, contra Mestorio y sus secuaces, la divina maternidad de la Virgen.  Los otros dogmas de fe, relativos a ella, son muy posteriores, pues el de la Inmaculada Concepción no fue proclamado hasta el 8 de Diciembre de 1854, por el Papa Pío IX, en su bula “Ineffabilis Deus”; y el de la Asunción lo fue en el día 1 de Noviembre de 1950, por el Papa Pío XII; en su bula “Munificantissimus Deus”.







[1] La última versión cinematográfica de La Casa de la Troya se hizo hacia 1940, bajo la dirección de Vilá Vilumara, siendo sus principales intérpretes Tony d´Alby e I. Navarra.
[2] Durante los años de la guerra civil española de 1936-39, Imperio Argentina protagonizó el film Carmen de Triana, con Rafael Rivelles y Manuel Luna, como principales intérpretes, bajo la dirección de Florián Rey.
Entre las Cármenes del cine mudo, se cuentan una de 1911, realizada en España por Hispano-Film y protagonizada por otra de 1916, realizada en Estados Unidos por Cecil B. de Mille y protagonizada por la cantante Gerardine Farrar; otra de 1918, realizada en Alemania por Lubitsch y la U. F. A. y protagonizada por Pola Negri; y otra de 1926, realizada en Francia por Feyder y protagonizada por Raquel Meller. En 1916, Barker realizó una Carmen americana del Far West, “Carmen de Klondyke”.

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