domingo, 10 de abril de 2011

Correspondencia palafoxiana: Manuel García Sesma - Sor Cristina de la Cruz de Arteaga

CORRESPONDENCIA DE MANUEL GARCÍA SESMA CON SOR CRISTINA DE LA CRUZ DE ARTEAGA

Carta de 15 de abril de 1978


Distinguida Hermana. Hace 17 años que, un día de enero, fui a hacerle una visita al Convento de Santa Paula, donde me imagino – pues no lo sé de cierto – que continua usted todavía.  Llevaba yo una tarjeta de presentación de mi viejo amigo y paisano mío, D. José María García Lahiguera, a la sazón Obispo Auxiliar de Madrid; y todavía conservo las excelentes biografías que V. había ya escrito, y de las que me regaló sendos ejemplares, referentes a Dn. Juan de Palafox y al padre de V. Yo vivía entonces en México D. F., dedicado a la Enseñanza Secundaria, y había venido circunstancialmente a España, para visitar a mi octogenaria madre (q.e.p.d.) y que murió a los 95 años y medio.

Desde hace cuatro años, vivo retirado en Fitero, dedicando mis ocios a mi “hobby” de siempre: la investigación histórica.

Estoy acabando un libro sobre “La Iglesia Cisterciense de Fitero”, que es un grandioso monumento nacional, poco conocido; un “Ensayo de una biografía crítica de San Raimundo de Fitero” y otras que llevaba ya bastante adelantadas, antes de regresar a España. Para realizarlas concienzudamente, llevo ya dos veranos hurgando en el Archivo de Protocolos de Tudela (desde el siglo XVI), donde se encuentran todas las escrituras notariales, relativas a Fitero, desde el siglo XVI, así como en el Archivo General de Navarra y en el Parroquial de Fitero.

Por pura casualidad, pues no trataba expresamente de encontrarlos, me tropecé en el Archivo de Protocolos de Tudela, con diversos documentos relativos a Pedro Navarro, a  Juan Francés, a Casilda Guerrero y demás vecinos de Fitero, relacionados con la infancia de Palafox y tomé nota de ellos.  Hace unos meses, cayó en mis manos un ejemplar de “El Venerable Obispo Juan de Palafox y Mendoza - Semana de Estudio histórico-pastoral y de espiritualidad (1654-1659) – 2-7 Agosto 1978” y lo leí con rapidez; especialmente el estudio de usted sobre “La personalidad humana de D. J. de P. y M. a través de sus relaciones familiares”. Vi con satisfacción – y la felicito por ello – que ha aclarado V., al menos, en lo fundamental, el enigma de la infancia fiterana de Palafox, demostrando documentalmente que su padre adoptivo fue Pedro Navarro, como ya anotó el P. González de Rosende, y no Juan Francés, como inducidos a error por la equívoca partida de bautismo del Archivo Parroquial de Fitero – que, por lo demás, se conserva todavía – sostuvieron posteriormente D. General García y el  Sr. Sánchez Castañer, en sus excelentes y extensas biografías de Palafox.

El estudio de usted me ha incitado a tratar de aclarar de una vez el embrollo de la infancia de Palafox y creo que lo he conseguido.

Pero quedan algunos puntos poco claros y para intentar aclararlos y para darle cuenta de mis curiosos descubrimientos, me permito dirigirme a Usted en la seguridad de que le van a agradar y en la confianza de que me va a prestar V. su colaboración.

Por de pronto, he comprobado que María Navarro era prima de Pedro Navarro y que pudo muy bien ser la mujer que amamantó a  Palafox, pues estaba casada con Jerónimo López, del que tuvo un hijo bautizado el 17-X-1599, con el nombre de Cosme, siendo sus padrinos precisamente Pedro Navarro y Catalina Melero; de manera que el hermano de leche de Palafox fue Cosme López.

He encontrado las capitulaciones matrimoniales de Juan Francés y Casilda Guerrero y su lacónico parte de casamiento; ésta, con el nombre de Casilda Navarra (sic), tomando y adjetivando el apellido  de su tutor, que no era otro que Pedro Navarro. Las capitulaciones se celebraron el 15-VI-1591 y en ellas consta la presencia de Pedro Navarro precisamente como tutor de Casilda; y la boda se efectuó el 7 de Julio de 1591. Hasta 1610, fecha en que detuve mis investigaciones en este punto, por haber salido ya de Fitero Palafox, el matrimonio había ya tenido 7 hijos, cuyos nombres y fechas de nacimiento tengo anotados; y para cuando nació Palafox, ya tenían 5. De su tercer hijo, Juan Francés, bautizado el 12 de noviembre de 1595, fueron precisamente padrinos Pedro Navarro y María Navarro. He localizado un préstamo que hizo Pedro Navarro a Juan Francés, en 1592, por valor de 15 ducados, lo que confirma sus buenas relaciones; y lo que es más curioso, un contrato del Monasterio de Fitero con el mismo Juan Francés, arrendándole el Batán en 1598.

En la finca del Batán, había entonces un trujal o molino de aceite, y he aquí por qué los enemigos de Palafox propalaron la especie de que era “hijo de una molinera.”(Molinera, pero no era de trigo).

En 1601, concedió a Juan Francés un censo perpetuo; y en 1604, su mujer Casilda, estando gravemente enferma (aunque no murió entonces, sino en 1634), hizo testamento a favor de sus hijos propios, sin acordarse para nada de Palafox: lo que es un indicio de que éste no debía vivir con ella y su marido.  En fin, he tomado todavía nota de otros documentos, referentes a este matrimonio, pero no vienen al caso, por ser posteriores a 1610.

La identificación de Miguel de Cuenca me ha dejado en la duda, al nacer Palafox, había tres Migueles de Cuenca: abuelo, hijo y nieto, y los tres, como de costumbre, sin apellido materno.  El abuelo vivía todavía en 1606 y su nieto ya estaba casado en 1601. En 1595, he hallado unas “cuentas de la administración que tuvo Miguel de Cuenca de la carnicería de Juan Navarro”.

Sin duda se refieren al abuelo o al padre. Es dudoso; pero este detalle carece de importancia. En todo caso, es incuestionable que los Cuenca, Navarro y Francés estaban en muy buenas relaciones.

Lo que tiene, en cambio, la máxima importancia es la identificación de Pedro Navarro, es decir, del padre adoptivo de Palafox: identificación que me ha hecho sudar tinta, como vulgarmente se dice, pues, cuando nació Palafox, había en Fitero - ¡asómbrese usted! – nada menos que 10 vecinos mayores, llamados Pedro Navarro, de los cuales 9 estaban ya casados, y el décimo se casó al año siguiente; y como en esta época, todavía no llevaba nadie en Fitero – ni consta en los libros parroquiales - el apellido materno,  ya puede V. imaginarse el lío en que me vi envuelto, en un principio, para identificar al padre adoptivo de Palafox.

Afortunadamente, encontré una pista en un pequeño detalle de la partida bautismal de Palafox del archivo familiar del Marquesado de Ariza que cita usted en su estudio: Pedro Navarro Vañero.  Este Vañero no es el segundo apellido de Pedro Navarro, pues, como le he dicho, en los Libros parroquiales de Fitero, nadie aparece en esa época con dos apellidos, sino el oficio de Pedro, a saber, bañero o empleado de los Baños: Detalles que aparecen, de vez en cuando, en dichos libros: sastre, apotecario, albañil, zapatero, etc.  Hay que tener en cuenta que,  a la sazón, los Baños de Fitero pertenecían al Monasterio, que los arrendaba, por varios años, a quien le parecía u ofrecía más dinero.  Pues bien, en unos curiosos documentos de julio de 1598, que yo había ya encontrado y extractado, en el Archivo de Protocolo de Tudela titulados “Autos de los milagros de San Pedro del Baño”, consta que los bañeros de entonces eran  precisamente “Pedro Navarro y Ana de San Juan, su mujer”; y es seguro que continuaban siéndolo en 1600, pues el tal arriendo solían hacerlo los monjes, por un periodo de tres años, como mínimum.

¡Eureka!, exclamé gozoso. Por fin he despejado la incógnita – ya que de antemano había tenido buen cuidado de anotar las partidas de matrimonio de los diez Pedros Navarro, casados entonces en Fitero, y las de bautismo de todos sus hijos, habidos hasta 1606.

Resulta de estas anotaciones que Pedro Navarro y Ana de San Juan se casaron el 17 de octubre de 1571 y habían tenido hasta 1590, ocho hijos. (En los 20 años siguientes, ya no tuvieron ninguno, por lo que imagino que no tuvieron más). Por cierto que, en la partida de bautismo de su cuarto hijo, se dice que Pedro Navarro era entonces “sastre”,  y como, a la sazón, había en Fitero, por lo menos, dos sastres más: Francisco el Sastre y Medrano el Sastre, me figuro que tal oficio no debía proporcionarle muchos ingresos; por lo que debió combinarlo con el de bañero; o alternarlo con éste, que era veraniego. La primera satisfacción de mi pretendida identificación del matrimonio no duró mucho, pues, al buscar las partidas de bautismo de los cónyuges, para averiguar a qué edad se habían casado, me encontré con que, entre 1549 y 1555, habían nacido en Fitero nada menos que cuatro Ana de San Juan, y entre 1548 y 1555, dos Pedros Navarro, hijos de padres llamados Juan, y entre 1548 y 1555, dos Pedros Navarro, hijos de padres llamados Juan, que era otra de las pistas que tenía.

¡Cataplum!, me dije. Nuevas incógnitas y  nuevos motivos de confusión. Pero no me desanimé ni desistí.  Como Fitero confina con Aragón, los fiteranos tenemos la tozudez de los aragoneses.

Descartada una  Ana, que debió morir en la infancia, pues apareció una segunda Ana del mismo padre en 1555 (el Libro de defunciones de la parroquia de Fitero no empieza hasta 1624), quedaban tres: dos nacidas en 1549 y otra en 1555, mientras que los dos Pedros Navarro habían nacido en 1548 y 1555. Como hasta 1571, no encontré otro matrimonio de un Pedro Navarro con Ana de San Juan – ni tampoco después -, solo cabían cuatro conjeturas: 1) Pedro y Ana tenían al casarse 16 años; Pedro tenía 23 años y Ana 22; 3) Pedro tenía 23 y Ana 16. 4) Pedro tenía 16 y Ana 22. ¿Cuál de estas combinaciones fue la real ...? Imposible adivinarlo. ¡Averígüelo Vargas! – me dije. En fin de cuentas, lo importante del caso es saber que, al casarse, Pedro Navarro tenía 16 ó 23 años.

Pero entonces me encontré con otra seria dificultad. Usted cita, en su documento estudio de la Semana Palafoxiana de Burgo de Osma, fragmentos de una carta de Palafox a su hermano, el Marqués, escrita en septiembre de 1638, en que le recomienda a Pedro Navarro, aunque solo sea para “darle el brazo a mi hermana y acudir a lo que Vª Sª le mandare y tener cuidado del niño”.

Pues bien, si Pedro se casó a los 16 años tendría en 1638 la friolera de 83; y si se casó a los 23, tendría 90 años: edades demasiado avanzadas para cuidar a nadie. De todos modos, no son imposibles: todo depende de cómo se conserve uno anciano. Ya le he dicho que mi madre murió a los 95 y medio y se conservó relativamente ágil casi hasta el final ¿Fue éste el caso de Pedro Navarro...? Podría ser; pero esta última fecha le deja a uno perplejo. ¿No le parece?

El caso es que he encontrado, en el Archivo de Protocolos de Tudela, otra pista que parece confirmar que Pedro Navarro vivía todavía en 1638 y es la referencia a un testamento que hizo ese año un Pedro Navarro, “granadino mayor” (sic). Esta referencia figura en un Indice de las escrituras notariales de ese año y de otros anteriores y posteriores; pero al buscar el documento correspondiente en el Protocolo de 1638, me encontré con que había desaparecido. ¡Qué mala suerte! Pues es seguro que me habría sacado de dudas. En todo caso, es comprensible que si el padre adoptivo de Palafox tenía entonces 83 años (en la hipótesis más favorable), hiciese testamento antes de marchar a Ariza, de donde ya no esperaría volver vivo.

Pero ese granadino mayor ¿qué es lo que significa...? ¿Guarda mayor, que es el oficio que le asignó el P. González de Rosende..? ¿Pero Guarda Mayor, a los 83 años..? Completamente inverosímil.

He consultado el Diccionario de la Academia, las Enciclopedias de Espasa-Calpe y de Sopena, el Diccionario de Antigüedades del Reino de Navarra de Yanguas y Miranda, la Enciclopedia del Idioma de Martín Alonso y el Diccionario Ideológico de Julio Casares, y en ninguno de ellos se da a la palabra granadino la acepción de guarda ni otra parecida.

Desde luego que Pedro Navarro pudo haberlo sido en alguna otra época, pues entonces todos los cargos públicos eran de libre nombramiento de los Abades: señores temporales y espirituales de Fitero, con potestad absoluta; pero no lo era en 1600, como lo demuestran los documentos que yo he encontrado; ni en 1609, en que aparece asimismo como bañero en la partida de bautismo del archivo de Ariza que V. cita; ni en 1624, en que todavía aparece como bañero en una lacónica partida de defunción de una hija suya, fallecida el 15 de noviembre de dicho año. Así, pues, la especie difundida por el P. González de Rosende de que, al nacer Palafox, era Pedro Navarro “Guarda Mayor de los Baños y del Monte, y vasallo y criado de los Marqueses de Ariza”, es pura invención, pues todos los fiteranos de entonces, residentes en la Villa, únicamente eran vasallos del Sr. Abad: a la sazón, Fr. Ignacio Fermín de Ibero.

Por cierto que me ha llamado un poco la atención – aunque no lo pongo en duda – que la partida de Ariza esté firmada por Fr. Juan de Alegría, cuya firma aparece, en efecto, en el Libro II de Bautizados de Fitero, desde el 22 de abril de 1606 hasta el 17 de abril de 1607; pero desde esta fecha hasta el 18 de abril de 1610, la firma que se lee al pie de cada folio, es la de Fr. Martín Gil, y no la de Fr. Juan de Alegría. A lo mejor, el Dr. Gaspar Navarro tenía alguna amistad con este último monje.

Por lo demás, el oficio de bañero de Pedro Navarro en 1600 explica el que éste se enterara de que Palafox nació exactamente a las 8 de la mañana, así como de las andanzas de la dueña de doña Ana para ocultar este nacimiento y deshacerse de la criatura, y el que Pedro lo impidiese, no sorprendiéndola casualmente, como da a entender el P. Rosende, con detalles novelescos, sino a sabiendas, siguiendo sencillamente sus pasos hacia el río.  Hay que tener en cuenta que el edificio de los Baños era, a la sazón, pequeño, pues, en el aludido documento de los milagros de San Pedro del Baño, consta que solo había entonces en él (julio de 1598) nueve bañistas, a los que daban “recado” los bañeros, quienes, por tanto, estaban al corriente de los movimientos de aquéllos; sobre todo, si infundían sospechas, como era el caso de la Sra. Ana de Casanate y de su dueña.  Eso sin contar con que entonces vivirían con Pedro Navarro y su mujer, algunos de sus hijos, el menor de los cuales tenía ya 10 años.

A su vez, el hecho de que Pedro Navarro hubiese sido tutor de Cándido Guerrero y padrino de su tercer hijo explica el que, teniendo él y su mujer que atender a los clientes del Balneario, el cual dista 4 kilómetros del pueblo, encomendase de momento al recién nacido a Casilda y a su marido, quienes se encargaron de hacerlo bautizar y de entregárselo a María Navarro para que lo amamantase.

 He visto que usted confirma lo que yo me barrunté en México, cuando leí la biografía palafoxiana de Dn. Genaro García; a saber, que el nombre de la madre de Palafox fue Ana de Casanate, pues es raro que los religiosos y religiosas cambien, al profesar, su nombre de pila, aunque le añaden después otro nombre religioso, como Ana de la Madre de Dios o Cristina de la Cruz.

En fin, para poner término a esta kilométrica carta, le agradecería vivamente que repasase, si buenamente puede, la correspondencia familiar de Palafox y que me comunicase todos los pormenores que halle en la misma, relativos a su nodriza María Navarro, a Juan Francés y su mujer Casilda Guerrero, a Miguel de Cuenca y, sobre todo, a Pedro Navarro del que me interesaría aclarar principalmente los siguientes extremos: 1) si Pedro Navarro fue efectivamente Guarda Mayor de los campos de Fitero, y en qué época, pues las afirmaciones del P. Rosende tienen poco valor y yo no he encontrado todavía ningún documento fidedigno que lo evidencie; 2) cómo se llamaba la hija de Pedro Navarro, que llevaba semanalmente la ropa limpia a Palafox, cuando estudiaba éste en el Seminario de Tarazona (Pedro Navarro tuvo tres hijas: María, Andresa e Isabel, y ésta última, que era la menor, tenía 20 años en 1610); 3) si las cartas de julio y septiembre de 1638 en las que Palafox se interesa por Pedro Navarro, son efectivamente de ese año y no de 1628; 4) si Pedro Navarro se trasladó, por fin, a Ariza, en sus últimos años, y murió allí; 5) si “la jornada de Alemania” en la que Palafox y su  hermano fueron acompañados por Pedro Navarro, en calidad de servidor, como se dice en la carta del 10 de julio de 1638, es, como me figuro, el viaje de 1629-31, o algún otro.

Agradeciéndole de antemano el interés que quiera y pueda tomarse en este asunto, le saluda con  todo respeto y se encomienda a sus oraciones su s. s.

Firmado: Manuel García Sesma


CARTAS DE SOR CRISTINA DE LA CRUZ DE ARTEAGA A DON MANUEL GARCÍA SESMA

I
Monasterio de Santa Paula
Sevilla, 31 de mayo de 1978.

                Muy estimado en el Señor.

                Desde Abril llevo sin contestar su larga carta del día 15.  Es tan densa que supone mucho trabajo su respuesta y siempre la dejo para un día menos ocupado.

                Me maravilla su tenacidad y lo que se ha interesado por localizar a esas buenas personas que rodearon la infancia de nuestro venerable Palafox.

                Cuando él escribe sus CONFESIONES o Vida Interior, en Osma, conserva el recuerdo de Pedro Navarro ya anciano.  Dice refiriéndose a su propio nacimiento: "Un venerable viejo de aquellas tierras, viendo llevar la cesta, preguntó a la criada qué llevaba....". Cap. XIII, 5, fol. 115 del Tomo I de OBRAS COMPLETAS.

                Seguramente no era tan viejo cuando "Juanico" nació.  Pero debía serlo en Ariza.  No es probable que tuviera más de 90, pero podría tener los 83...

                Sobre su hija, dice la nota 2 del nº 5, de REGLA DE PENITENCIA VOLUNTARIA, fol. 247 del Tomo I: " Cuando servía en los consejos, cuidaba de disponerle la comida y de la limpieza de la ropa una doncella virtuosa, de edad provecta y hábito muy honrado (era hija de Pedro Navarro el viejo, el que le libró de la muerte y crió el V. en su casa y con sus hijos los primeros años de su vida) y esta vivía con una criada en una casa inmediata y suministraba lo que se ofrecía por una ventana pequeña que caía a la del venerable ministro." Posic. causa, nº 6. 

                Palafox perteneció a los consejos de Guerra y de las Indias antes de salir para América en abril de 1640.  Del 1650 al 53 estuvo en el de Aragón.  La nota anterior debe referirse a la primera época.  En ninguna parte encuentro el nombre de la hija de Pedro Navarro.

                Tampoco he encontrado en la correspondencia familiar referencias a Juan Francés y a Casilda Gerrero.

                La explicación de la palabra "Vañero", me parece muy legítima.  Claro que pudo ser bañero y guarda mayor.  En un lugar tan pequeño se pueden abarcar varios oficios... En la carta de 17 de julio de 1638, Palafox se alegra de que Pedro Navarro sirva en el castillo "Creo que no ha nacido en Aragón - dice - sino en Navarra y así no podrá ser justicia.  No será malo para guarda mayor y dar el brazo a mi hermana"... Luego este cargo no le parece inverosímil.  Tal vez porque ya lo había desempeñado en Fitero y era darle la satisfacción honorífica de estar en lo suyo...

                Las cartas familiares, que cito en el trabajo de Osma son de 1638, cuando estaba recién casado el Marqués de Ariza.  En 1628, era un "menino", a punto de emprender (de 1629 al 31) la "jornada de Alemania" en la que Pedro Navarro acompañó a los dos hermanos. 

                No hay más citas que las que he recogido.  A 30 de junio la de que "Pedro Navarro podrá hacerse cargo de los cubiertos (enviaba unos cuchillos) y llevar nota de todo".

                Espero que nos dará Ud. un interesante folleto cuando terminen sus investigaciones.

                A punto de un viaje a otro monasterio, concluyó esta por hoy.  Deseándole nuevos éxitos...

                Con la seguridad de mis oraciones, reciba un afectuoso recuerdo palafoxiano, de su afma. en Cristo.

Sor Cristina de la + de Arteaga




II

7 de Diciembre de 1982

Muy estimado en el Señor.

                Me trajo Sor María de Lourdes su interesante ejemplar dedicado de "Estudios Fiteranos" y quisiera corresponder a él, con motivo de las próximas Pascuas.

                Veo que, además de pacienzudo y tenaz investigador, es Ud. poeta y por ello pienso que le agradará este tomito de versos líricos que he ido apuntando a lo largo de la vida.

                Tengo terminado mi trabajo sobre el Venerable Palafox, ahora pido a Dios que me conceda un editor que se atreva con él.  He aprovechado los datos tan interesantes que me envió sobre las personas que rodearon su nacimiento e infancia, haciendo constar - claro está - su procedencia.  Pedro Navarro debió llegar a la 4ª edad porque ya lo llama "viejo venerable" D. Juan de Palafox cuando recogió a aquella criatura desamparada.  No lo sería tanto cuando lo vemos en casa de Ariza treinta y tantos años después.... prestando aun servicio.

                Le deseo muy felices Pascuas, en esta Vigilia de la Inmaculada, que vamos a celebrar, y que viva también muchos años cultivando la historia y la literatura, a gloria de Dios.

                Reciba un afectuoso recuerdo de Sor Cristina de la + de Arteaga




III

Monasterio de Santa Paula

6-III-1983

                Mi distinguido amigo y colega:

                Recibí su nuevo libro sobre Fitero. ¡Cuánto le debe a Ud. ese hermoso rincón del mundo por el que pasaron personajes tan diversos: San Raimundo, Gustavo Adolfo Becquer, Palafox! Este volumen me ha enterado de la vida monástico-militar de S. Raimundo del que sabía muy poco.  Mucho le debió la Historia de España con la fundación de esa esclarecida Orden de Calatrava, que tanto peso tuvo en los combates de la Reconquista.

                Por Becquer he tenido siempre una debilidad, desde mi juventud.  En mi cuarto de estudio tenía un cuadrito con su retrato pintado por Valeriano.  Sus Rimas no han sido superadas. Sus cuentos y leyendas ya sufren más la impronta romántica de su siglo.  Tampoco recordaba sus estancias y simpatía por Fitero.

                ¡Gracias por este 2º regalo, tan instructivo!.  Agradezco sus líneas tan favorables a mis poemas y, a punto de salir para Madrid, y para el Consejo Federal le envío un afectuoso recuerdo.

Sr. Cristina de la Cruz de Arteaga.



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